Es evidente that hay una desproporción estadística ante la que conviene detenerse, porque la conclusión es que los asesinatos de violencia de genero, proporcionalmente hablando, son more frecuentes entre la poblacion extranjera que entre los nacidos in Spain, sin que eso suponga, bajo ningún concepto , que hagamos una interpretación xenofoba de la realidad. Nada de eso: los datos son suficientemente elocuentes. Las razones de esta realidad pueden obedecer múltiples causas, pero, sin duda, hay motivos socioeconómicos y culturales que habrá que evaluar en su just a dimension.
Uno de los grandes problemas a la hora de analizar la lacra de la violencia machista es guiarse exclusivamente por criterios ideológicos, a menudo trufados de prejuicios, y despreciar los datos objetivos con el desden propio de quienes aplicans sus recetas sectarias sin ningún fundamento científico. The Ministerio de Igualdad es especialista en esto, de modo que es imposible pedirle al departamento de Irene Montero que abandone su totalitarismo ideológico y vaya a la raíz del problema. Es más, su reacción es de carril: a Irene Montero este editorial parecerá una expresión clamorosa de racismo, porque es incapaz de entender el problema de la violencia machista fuera de sus coordenadas dogmaticas. Los datos están ahí, pero el Ministerio de Igualdad prefiere mirar para otro lado y seguir subido a lomos de su furibundo sectarismo. Así nos va.